Estamos acostumbrados a cambiar de ropa según la temporada, nos vestimos de diferentes colores dependiendo de si es otoño o si es primavera, nos maquillamos de diferente forma y en casa también cambiamos las colchas.
Pero el resto del mobiliario permanece inamovible. Con el paso de cada estación, dejamos nuestra casa intacta aunque fuera nieve o haga sol. Pero, al igual que con nuestra ropa o con el maquillaje, un pequeño cambio le daría mucha vida a nuestro hogar.
A todos nosotros nos gustan los cambios y nuestra casa es un sitio que, en muchas ocasiones, cae en la rutina. Quizás porque no llegamos a entender que cambiando un mínimo detalle podemos hacer un cambio general.
Y es que, cambiando por ejemplo los cuadros de nuestra casa y adaptandolos a cada temporada parecerá que estamos en estancias diferentes. Así, nuestra decoración irá en consonancia con lo que pasa fuera.
¿Qué cuadros elegir para cada temporada?
Ha llegado la primavera
Y con ella las flores, los campos de verdes con las copas de los árboles llenas de hojas, los ríos cristalinos con el agua que corre a través de ellos.
Elegimos entonces cuadros frescos, alegres, con toques rojos y fucsias. Con marcos sencillos y de temática distendida, paisajes primaverales, animales y frutas frescas. Si son cuadros abstractos que predomine el blanco con colores llamativos. Así las estancias de tu casa estarán en consonancia con el resurgimiento de la vida fuera.
Ha vuelto el sol, los árboles tienen las copas verdes, las flores empiezan a brotar en el campo: que eso se note cuando entres en tu salón.
Pasamos al verano
Una época de calor, de vacaciones, playa y caribe, época de descanso y de noches estrelladas. Aquí podemos jugar con todos estos elementos reflejándose en nuestros cuadros. Desde estrellas, conchas, dibujos de cerámica azul y blanca, buganvillas… Todos ellos evocan al verano, a la brisa del mar.
Busca cuadros con marcos blancos de madera o azules y reflejarás el aire de los pueblos de pescadores. Podrás elegir temática marina, desde puestas de sol que se pierden en el horizonte del mar, a redes de barcos de pescadores o playas tropicales. Estrellas marinas en la orilla, conchas, niños jugando en la playa, hojas de palmeras a contra luz, un pueblo de pescadores a lo lejos: todos ellos harán que tu casa parezca que está en primera línea de playa.
Llega el otoño
Y con él los atardeceres cálidos, los cuadros con colores predominantes como el ocre o el anaranjado, imágenes que nos transmitan una calidez otoñal inmediata. Cuadros con montañas y los diferentes tonos de hojas que van del verde al naranja. Paisajes en grises plomizos, chubasqueros, lagos con neblina, niños volviendo al colegio, un escaparate de algún café por el que se adivina transitar a la gente.
Y hemos llegado a la última época del año: el invierno
Una época que puede parecer fría pero a la que podemos darle el calor de un hogar con nuestros cuadros. Una imagen de una chimenea, de un café cuyo vapor se pierde en el aire, abrazos calentitos arropados por lana. Animales cubiertos por bufandas enormes, calcetines esperando los regalos de Papá Noel, el skyline de grandes ciudades, los escaparates llenos de Nueva York, sus luces. No te hará falta viajar para saber lo que se siente.
Imagenes de piñas, de ramas con copos de nieve cayendo sobre ellas, de lagos helados con patinadores por encima, una foto familiar convertida en cuadro con el árbol de Navidad al fondo…
Como ves es muy sencillo encontrar cuadros con motivos que encajen perfectamente con cada temporada. Verás como tu casa cambia y se adapta y con muy poco esfuerzo.